Descubrir la belleza de una mujer al mirarle los zapatos.






Cuando contemplo a cualquier mujer, suelo empezar por los pies y, al punto, sé donde quiere que se las mire. Me permite imaginar su belleza, su procedencia, su cultura...Latinas, musulmanas, hindúes,... por citar tres muy próximas en mi ciudad que marcan tendencias propias. Todas se empiezan y se acaban de mirar en los pies: cortesía o tabú, quizá, el erotismo inmanente; respeto o concesiones de la tradición que hablan de su origen, de su casta, de su clase, de su cultura, en suma, de su identidad. Para algunas tradiciones, las formas de una mujer deben ser ocultadas hasta los pies, allí es donde comienza su diálogo con el mundo, tobillos profusamente adornados de henna, alguna cadena de plata musitan su estatus de mujer casadera, algunas, las más atrevidas, sin insultar al profeta, lucen tacones occidentales, no muy altos, pero sí sugerentes, abriendo su corazón para que sea observado y saber ellas quienes lo observa, las intensiones que traen. Las mujeres casadas dejan caer su hijab negro, un pañuelo que les cubre la cabeza hasta el suelo, cerrando el círculo de sus pretensiones. Sé que resulta chocante, ethos resultante de nuestra cultura, transposición que no nos habla sino de nosotros mismos. Las latinas, ámbito que nos concierne por sus similitudes, lucen zapatos exuberantes, tan a destiempo como llamativos, propio de su naturaleza gregaria, y la necesidad de ser admiradas, dejando huella desde la coronilla al taconazo de aguja que se clava en el instinto, aguja que pisa fuerte sobre el eterno salón de baile donde nunca cesa la danza, aunque Baudelaire tenga sueño y ande ofuscado. Las Hindúes, ponen sobre sus sandalias todo el peso de una cultura milenaria del Príncipe Poderoso, pero sus pies, escasamente vestidos, hablan de los límites que el señor no debe transgredir, pues es su libertad amar a un solo hombre todo su destino, ¿asimilación, guetos o enclaustramiento vs integración, sentir global/comunitario o liberación?, no me hago esa pregunta gratuitamente,... miro, al fin, en sus profundos ojos y veo la piel que las calza y que paulatinamente se moderniza al empuje de occidente.

Culturalmente y hablo de antropología, las necesidades del hombre siempre lo han movilizado en la búsqueda de nuevas tierras, de comida, de refugio, de la supervivencia...la necesidad de cubrirse los pies no es sino una consecuencia, una adaptación al medio, el frío polar o de las estepas africanas precisaron de pieles con que cubrir los pies en el trasiego por el mundo que lleva y trae,... y recalar en el vestidor, junto a la zapatera, descalzando los cansados pies tras un duro día de trabajo, y que te preguntan enrojecidos porqué te quiero tanto chancleta de toda la vida...

By Cayo Jiménez



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